El conflicto es un aspecto inherente a nuestra vida personal y profesional. En general tendemos a ver el conflicto como algo negativo, pero no necesariamente lo es. A menudo el conflicto nos proporciona una oportunidad para crecer y prosperar. La clave está en cómo afrontarlo y resolverlo de la forma más beneficiosa. Los estudios en psicología social y organizacional nos revelan que diferentes estrategias pueden ser más eficaces dependiendo del tipo de conflicto que estemos afrontando. En este artículo de la Universidad de Notre Dame veremos algunos principios básicos para la resolución de conflictos: en todo conflicto hay al menos dos partes enfrentadas, y podemos utilizar la cooperación o el valor, para trabajar junto con las otras partes o enfrentarnos a ellos. En función de cómo combinemos estas posibilidades obtendremos los diferentes estilos en función de estos principios.
Evitar el conflicto. Es la solución más pasiva, simplemente ignoramos el problema y esperamos a que se resuelva por sí mismo. No requiere cooperación ni valor. No parece el mejor sistema, especialmente si lo adoptamos de forma reactiva: por miedo, por inercia, por desidia… aunque no cabe duda que en ocasiones funciona. No debemos desestimar la utilidad de este método cuando carecemos de los recursos necesarios, o cuando tenemos otros conflictos que reclaman de forma más urgente nuestra atención.
Darse por vencido. Entregarse a las exigencias de a la otra parte requiere mucha cooperación y poco valor. Básicamente, estás de acuerdo para dar cabida a críticas de la otra parte y aceptar sus puntos de vista y sugerencias. Este estilo puede ser visto como intentar hacer un consenso entre las ideas de la otra parte y las tuyas. Mientras que este estilo puede llevar a firmar la paz y avanzar, puede conducir a la sensación de resentimiento hacia la otra parte, si vemos que nuestros intereses no resultan satisfechos.
Defender tu terreno. Mantenerse firme a la hora de tomar una decisión, requiere valor y puede ser desconsiderado. Al defender tu terreno, estás compitiendo con reseñas. Naturalmente la otra parte va a hacer cualquier cosa para asegurarse de ganar la batalla. El hecho es que un enfoque competitivo ofrece recompensas a corto plazo, el beneficio en los efectos a largo plazo puede ser perjudicial para tu negocio.
Comprometerse. Comprometerse es un gran paso hacia la resolución de conflictos. Tanto la valentía y la consideración se utilizan cuando ambas partes buscan un terreno común. Te comprometes a negociar y dejar de lado los elementos más pequeños. Este estilo agiliza el proceso de resolución. En ocasiones, la persona podría comprometerse a utilizar tácticas pasivas-agresivas para engañar a la otra parte, así que ten cuidado.
Colaborar. La colaboración juega un papel importante dentro de la resolución de conflictos y requiere mucho coraje y consideración. Colaborando con la otra persona, escuchas atentamente sus propuestas, habláis de áreas de acuerdo y metas, y os aseguráis de que todas las partes se entienden. La colaboración requiere pensar creativamente para resolver los problemas sin concesiones. Los colaboradores son generalmente admirados y respetados.
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